Por Lobu
Recorrer el museo Reina Sofía al son de Tubular Bells no tiene desperdicio. La semana pasada visité la exposición Las biografías de Amos Gitai y asistí a la proyección de las películas La casa y Arquitectura en el ciclo de cine que se le dedica. En conjunto una muestra centrada en la construcción artística de la biografía, la autobiografía y el documental como medio para el pensamiento crítico.
Según el museo, “Las biografías de Amos Gitai puede ser considerada como un caso estudio en el marco de la investigación propuesta en la exposición Formas biográficas. Construcción y mitología individual”. La revista de arte Logopress –a raíz de un artículo sobre Formas biográficas- expone el móvil que las relaciona: “Examinar el modelo constructivo de la biografía, tal como se ha aplicado a la actividad artística, a partir de elementos documentales o ficticios”.
Este argumento expositivo engloba y va más allá de las cuestiones planteadas por Gitai en cuanto a la naturaleza concreta y metafórica del documental. Su medio artístico ha sido fragmentado en favor de un montaje expositivo estructurado según la naturaleza compuesta del cine; una analogía entre las construcciones fílmicas del artista, la muestra y su planteamiento. El resultado es una exposición de superficie descompuesta, de compleja lectura y entendimiento, cuyas partes sostienen un argumento etéreo. Una forzosa escalada intelectual hasta planos tan vacuos que casi recuerda a planteamientos tradicionales como aquellos de la pérdida de existencia intrínseca.
No es un menosprecio de la exposición en concreto: el pasear por las salas del MNCARS mientras nos acompaña la banda sonora del Exorcista da mucho que pensar sobre esta supremacía intelectual.
Recorrer el museo Reina Sofía al son de Tubular Bells no tiene desperdicio. La semana pasada visité la exposición Las biografías de Amos Gitai y asistí a la proyección de las películas La casa y Arquitectura en el ciclo de cine que se le dedica. En conjunto una muestra centrada en la construcción artística de la biografía, la autobiografía y el documental como medio para el pensamiento crítico.
Según el museo, “Las biografías de Amos Gitai puede ser considerada como un caso estudio en el marco de la investigación propuesta en la exposición Formas biográficas. Construcción y mitología individual”. La revista de arte Logopress –a raíz de un artículo sobre Formas biográficas- expone el móvil que las relaciona: “Examinar el modelo constructivo de la biografía, tal como se ha aplicado a la actividad artística, a partir de elementos documentales o ficticios”.
Este argumento expositivo engloba y va más allá de las cuestiones planteadas por Gitai en cuanto a la naturaleza concreta y metafórica del documental. Su medio artístico ha sido fragmentado en favor de un montaje expositivo estructurado según la naturaleza compuesta del cine; una analogía entre las construcciones fílmicas del artista, la muestra y su planteamiento. El resultado es una exposición de superficie descompuesta, de compleja lectura y entendimiento, cuyas partes sostienen un argumento etéreo. Una forzosa escalada intelectual hasta planos tan vacuos que casi recuerda a planteamientos tradicionales como aquellos de la pérdida de existencia intrínseca.
No es un menosprecio de la exposición en concreto: el pasear por las salas del MNCARS mientras nos acompaña la banda sonora del Exorcista da mucho que pensar sobre esta supremacía intelectual.
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