Los medios han publicado la noticia de que el tropezón de un niño provocó “un agujero a una obra de 1,5 millones de dólares”. La obra era una composición floral de Paolo Porpora (1617-1673) que se exponía en una muestra dedicada a “El rostro de Leonardo” celebrada en Taipéi y organizada por TST Art of Discovery.
Teniendo en cuenta la delicadeza y fragilidad de un arte cada vez más precioso y teniendo en cuenta las peculiaridades de los niños, en pura lógica del sistema, me pregunto si no debiéramos prohibirlos visitar los museos u obligarlos a entrar bien sujetos con arneses y cadenas…
Teniendo en cuenta la delicadeza y fragilidad de un arte cada vez más precioso y teniendo en cuenta las peculiaridades de los niños, en pura lógica del sistema, me pregunto si no debiéramos prohibirlos visitar los museos u obligarlos a entrar bien sujetos con arneses y cadenas…
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