Ha sido inaugurado hace poco y confieso que su concepción y sus instalaciones me han sorprendido gratamente, quizás porque en mi memoria permanecían recuerdos no demasiado positivos. Sobre el claustro de San Vicente, que ya ocupaba el museo previo y con un diseño de Fernando Pardo Calvo y Bernardo García Tapia, se han definido unas instalaciones que, desde la percepción de un visitante, ofrecen una imagen bastante positiva. El truco: proponer una selección no apabullante y no empeñarse en que los visitantes aprendan mucho.
También me ha sorprendido muy gratamente la prudencia catalogadora de sus responsables. Entre los ejemplos más significativos: no han precisado la cronología de las "columnas romanas reutilizadas en el palacio de Alfonso III" y me ha hecho especial gracia —en sentido positivo— la evaluación como "época tardoantigua" de la placa de cancel de Santa María de Llanera, aunque mi juicio sea diferente. Me parece positivo que se rompan ciertos dogmas...
Los capiteles reutilizados por los constructores de Alfonso III forman grupo con otros de diferentes grados de evolución, reutilizados y repartidos por el noroeste de la Península (Bande, Orense, Balsemao, Valdedios, Santullano, San Triso de Oviedo...). Se caracterizan por conservar aceptablemente la idea estructural del orden corintio, ofrecer un ábaco de escasa articulación (poca curvatura) y una configuración peculiar del conjunto caulículos-volutas, de modo que apenas se distinguen éstas. La falta de relación entre la ornamentación de estos capiteles y las tendencias orienalizantes del Bajo Imperio, podrían conducirnos a catalogarlos en época tardía; no obstante, me inclino a situarlos en los alrededores del siglo IV. Desde esa hipótesis, estas piezas acreditarían una "anomalía" histórica muy curiosa: estos capiteles parecen ajenos a las influencias orientales que se dejaran sentir en todo el Imperio y aquí también en otros aspectos de la actividad cultural, tal y como vemos en Santullano...
Hay una pareja de capiteles de configuración más evolucionada. Han perdido la estructura del orden porque carece del conjunto caulículas-volutas, de modo que podemos situarlo en la línea evolutiva que, en Asturias, conduce a los capiteles "de pencas" propios del ciclo asturiano. Se distinguen por emplear una modalidad de "acanto" muy estilizado, con hojas formando anillo mediante trepanación de escasa profundidad. Los paralelos que conozco en el sur de la península acaso sólo sirvan para establecer jalones de evolución paralela. Deben ser posteriores a los de Alfonso III, pero no demasiado. A falta de referencias concretas, se deberían situar entre los siglos V y VII, aunque a título personal, me inclinaría por adjudicar mayores posibilidades a las fases más tempranas.
Existe otro, encontrado en Oviedo que seguramente es el más antiguo de todos. Pertenece a la modalidad corintizante, con cuatro volutas angulares sobre hojas de acanto aceptablemente diseñadas, y aunque presenta un ábaco bastante evolucionado, conserva intacta la estructura tradicional, incluso, con una moldura para delimitar el cuerpo del cesto, por debajo del ábaco. Pensabene clasificó uno comparable (Ostia, capitel de pilastra) en época severiana. El de Oviedo, algo más evolucionado, puede catalogarse en el siglo IV, cuando parece que hubo mayor actividad constructiva en esta zona de la geografía hispana.
La placa de Santa María de Llanera, de fuerte sentido oriental, también podría ser medieval (siglo IX), de cuando se abandonaron las limitaciones iconoclastas...
Museo arqueológico de visita recomendable.
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