Durante estos días es noticia la experiencia de Jan Degenaar, que ha repetido una experiencia planteada hace muchos años para afrontar cómo elabora el trabajo los datos registrados por la retina. Se ha colocado unas gafas de visión invertida y ha comprobado que la capacidad del cerebro para "insisistir" en su voluntad de ofrecer información del mundo exterior se impone, incluso, sobre circunstancias artificiosas. Aunque el cerebro manifestó su capacidad para resolver problemas sencillos hacia el cuarto día, un mes después Jan Degenaar ya captaba "la realidad exterior" de modo plenamente satisfactorio.
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