miércoles, 21 de enero de 2015

Un museo sobre ruedas

Por Barb

MuMo es un museo “sobre ruedas” de origen francés (Musée Mobile), o lo que es lo mismo, un camión cuyo diseño ideado por Adam Kalkin, artista conocido por sus viviendas con contenedores marítimos, permite a través de un sistema hidráulico transformar la estructura en dos plantas, expandiendo así el contenedor hasta crear un espacio expositivo apto para albergar una colección de obras de arte contemporáneo creadas expresamente para niñas y niños de entre 6 y 12 años por diversos artistas de proyección internacional, como Paul McCarthy o Miquel Barceló. La iniciativa pretende acercarlos al arte actual, en palabras de Ingrid Brochard, fundadora y diseñadora de este museo, "los niños domestican el arte cuando se suben al camión sin adultos y se sienten libres de expresarse frente a las obras". Este es el motivo de que el museo sea un espacio sin personas mayores.

Una escultura de Paul McCarthy se despliega sobre el techo cuando el camión se convierte en museo.
Sin embargo, la realidad es que en el recorrido un educador los acompaña dando pistas sobre lo que van viendo para que ellos mismos puedan sacar riqueza de la experiencia. "La idea inicial de este proyecto era proponer un momento durante el cual los niños descubren obras de arte, pues la mayoría de ellos se conmueven", según Ingrid, que añade además que "dentro de MuMo, los niños han tenido las mismas reacciones ya sea en Francia o en África (…) es sorprendente constatar esta similitud en la sensibilidad y en las emociones, más allá de los contextos geográficos, sociales o culturales".
Y es que en esta aventura MuMo ha pasado ya por distintos países como Francia, Mónaco, Camerún, Costa de Marfil, Bélgica, Suiza y España. En éste último su gira lo ha llevado por 40 localidades distribuidas entre Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid y, durante este mes de enero, Galicia, dando así la oportunidad a miles de niñas y niños de ver estas 14 obras de arte moderno. En este video podemos hacernos una idea de ello:

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Alrededor del minuto 4 escuchamos las interesantes declaraciones de algunos de sus pequeños visitantes, pudiendo destacarse las siguientes:
  • “Cuando entras, ves cosas nunca antes vistas. Una mujer me lo explicó y después me acordaba de todo. Ahora cuando la gente entra, les cuento todo lo que he aprendido.”
  • “Tienes que pagar para ir al museos, y este es gratis.”
  • “Aquí podemos tocar, no es como en los museos “de verdad” donde nada está permitido. No es lo mismo, ¡prefiero esto!”
  • “Unas señoras y unos señores nos cuentan cosas, así que aprendemos y después nos acordamos y se lo explicamos a otros.”
Además, al final de este otro vídeo:



el artista conceptual Lawrence Weiner sentencia así:

“No conocemos las necesidades de un niño en un barrio pobre, pero sabemos que su cultura necesita de una cierta forma de arte. Haz arte, dáselo, muéstraselo, pero no les digas qué hacer con él.”

Para acabar, podríamos ir citando una a una todas las contradicciones a las que se haya sujeto este proyecto, que evidentemente no son pocas, sin embargo, aun resulta más interesante señalar algunas de las cuestiones que consigue poner en el punto de mira, cuestiones de relevante actualidad tales como la importancia de la enseñanza artística en la infancia, la frontera entre educación y adoctrinamiento, la utilidad del arte dentro de la sociedad, la vigencia de ciertas políticas museísticas, la necesidad lúdica y didáctica del museo como espacio recreativo además de cultural… y así un largo etcétera abierto al debate.

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