La progresiva articulación de los sistemas educativos en ciertos países europeos en educación de buena calidad frente a educación pública comienza a ofrecer datos curiosos. Hace unos días BBC Mundo se hacía eco de las consecuencias derivadas de poner fin a la corrupción reinante en el sistema educativo rumano. Al parecer, hasta hace poco tiempo, era habitual que los alumnos sobornaran a quienes vigilaban en los exámenes de bachiller. Era notorio que las personas más activas en esas prácticas eran, "lógicamente", los alumnos con mayores posibilidades económicas...
Las autoridades decidieron tomar cartas en el asunto y, no sin esfuerzos, consiguieron resolver el problema y fueron muchos quienes alabaron la dureza de las medidas aplicadas porque, entre otras razones, prevalecía la opinión de que las corruptelas eran fuente de una situación que perjudicaba a las clases menos favorecidas.
Sin embargo, una vez puesto en marcha los mecanismos de rigor ético, quienes se han detenido a estudiar los efectos globalmente, se han encontrado con un fenómeno "soprendente": la supresión de las corruptelas se ha cebado muy especialmente sobre los alumnos de las clases más desfavorecidas, que se habían beneficiado indirectamente del compadreo. Como es natural, he entrecomillado el término porque era de esperar el resultado "desconcertante", del mismo modo que cuando las universidades de mayor prestigio emplean procedimientos estrictamente objetivos de evaluación, incluso aunque enfaticen las cualidades de "talento innato", las valoraciones suelen favorecer a quienes proceden de familias de clase alta.
En tiempos de la Ilustración y hasta hace relativamente poco, eran numerosos quienes decían que la educación pública era un instrumento de reequilibrio social... En la actualidad, por mucho que se esfuercen los profesores del sistema público, y al amparo de la libertad que tienen los padres de elegir el centro de enseñanza, está ocurriendo exactamente lo contrario: las diferencias sociales se refuerzan en el proceso educativo... por razones que no sólo se manifiestan en el rendimiento ante los exámenes.
Supongo que quienes se oponen a la reválidas, encontrarán argumentos contundentes en este indicio que sólo ilumina una situación que, tal vez, no deseamos ver...
Desde mi punto de vista, acaso debamos asumir que lo observado en Rumanía es sólo una apreciación de carácter general, que no es incompatible con la posibilidad que tienen lo jóvenes de, gracias a su esfuerzo personal, sacar mayor partido al "sistema", por supuesto, contando con la inestimable ayuda de los profesores que sean conscientes de las circunstancias ambientales.
No sé si me he explicado bien...
Las autoridades decidieron tomar cartas en el asunto y, no sin esfuerzos, consiguieron resolver el problema y fueron muchos quienes alabaron la dureza de las medidas aplicadas porque, entre otras razones, prevalecía la opinión de que las corruptelas eran fuente de una situación que perjudicaba a las clases menos favorecidas.
Sin embargo, una vez puesto en marcha los mecanismos de rigor ético, quienes se han detenido a estudiar los efectos globalmente, se han encontrado con un fenómeno "soprendente": la supresión de las corruptelas se ha cebado muy especialmente sobre los alumnos de las clases más desfavorecidas, que se habían beneficiado indirectamente del compadreo. Como es natural, he entrecomillado el término porque era de esperar el resultado "desconcertante", del mismo modo que cuando las universidades de mayor prestigio emplean procedimientos estrictamente objetivos de evaluación, incluso aunque enfaticen las cualidades de "talento innato", las valoraciones suelen favorecer a quienes proceden de familias de clase alta.
En tiempos de la Ilustración y hasta hace relativamente poco, eran numerosos quienes decían que la educación pública era un instrumento de reequilibrio social... En la actualidad, por mucho que se esfuercen los profesores del sistema público, y al amparo de la libertad que tienen los padres de elegir el centro de enseñanza, está ocurriendo exactamente lo contrario: las diferencias sociales se refuerzan en el proceso educativo... por razones que no sólo se manifiestan en el rendimiento ante los exámenes.
Supongo que quienes se oponen a la reválidas, encontrarán argumentos contundentes en este indicio que sólo ilumina una situación que, tal vez, no deseamos ver...
Desde mi punto de vista, acaso debamos asumir que lo observado en Rumanía es sólo una apreciación de carácter general, que no es incompatible con la posibilidad que tienen lo jóvenes de, gracias a su esfuerzo personal, sacar mayor partido al "sistema", por supuesto, contando con la inestimable ayuda de los profesores que sean conscientes de las circunstancias ambientales.
No sé si me he explicado bien...
No hay comentarios:
Publicar un comentario