La noticia saltó cuando el otro día se presentaba el programa de actividades del MNCARS. Así lo explicaba eldiario:
"Esta vez no lo dicen los medios, lo han dicho el director Manuel Borja-Villel y el subdirector gerente, Michaux Miranda, durante la presentación de la programación del museo para la próxima temporada. Los dos gestores aseguran que el Museo Reina ha tocado fondo económicamente, por lo que es necesario que la ayuda pública aumente o al menos se mantenga, al no ser posible hacer más recortes, "ya que lo siguiente sería apagar la luz".'
En estas páginas me he manifestado en tono acerado con la actual gestión del MNCARS, pero también he reconocido que el papel del señor Borja-Villel, atenazado por una política cultural incomprensible, es peliagudo, muy peliagudo. Se me ocurren muchas formas para conseguir que esa entidad incremente la cifra de visitantes, incluso, teniendo en cuenta el actual modelo ideológico, pero reconozco que todas ellas son caras, extremadamente caras. Por no hablar de las que podrían surgir desde "otros planteamientos"... El arte de primer nivel, que siempre ha estado amancebado con el dinero, requiere inversiones porque ellas son el lubricante natural de esas relaciones...
Quienes rigen nuestros destinos —mis muy queridos pijos el monopoly—, en su "liberalidad", deberían tener claro el sentido de una institución como ésta... A lo peor, todo deriva de que para ellos, incapaces de prever dos pasos en una jugada de ajedrez, estas instituciones, sumamente costosas de mantener, exclusivamente sirven para hacerse fotos "apoyando a la cultura". Sólo insistiré en una obviedad monumental: una parte muy relevante de quienes acuden a visitar Madrid lo hacen con la voluntad de dar un paseo por el Reina Sofía, para contemplar "en directo" una de las pocas obras existentes en la capital, que movilizan el interés general a "nivel planetario". En el balance del MNCARS, ¿dónde aparecen esas cifras?
Si en los círculos del poder nadie entiende las implicaciones de estas instituciones para el interés general, digamos las cosas claras y no nos rasguemos hipócritamente las vestiduras ante el modelo turístico de Megaluf. Y sustituyamos al señor Borja-Villael y al director del Museo del Prado por sendos diyéis. Seguro que si transformáramos los dos museos más importantes de Madrid en discotecas, se acabarían los números rojos de ambos y daríamos un paso de gigante hacia el "objetivo de déficit". Y los magnates podrían seguir haciéndose fotos "apoyando a la cultura"... popular, que es mucho más rentable para acumular votos.
"Esta vez no lo dicen los medios, lo han dicho el director Manuel Borja-Villel y el subdirector gerente, Michaux Miranda, durante la presentación de la programación del museo para la próxima temporada. Los dos gestores aseguran que el Museo Reina ha tocado fondo económicamente, por lo que es necesario que la ayuda pública aumente o al menos se mantenga, al no ser posible hacer más recortes, "ya que lo siguiente sería apagar la luz".'
Imagen tomada de eldiario |
Quienes rigen nuestros destinos —mis muy queridos pijos el monopoly—, en su "liberalidad", deberían tener claro el sentido de una institución como ésta... A lo peor, todo deriva de que para ellos, incapaces de prever dos pasos en una jugada de ajedrez, estas instituciones, sumamente costosas de mantener, exclusivamente sirven para hacerse fotos "apoyando a la cultura". Sólo insistiré en una obviedad monumental: una parte muy relevante de quienes acuden a visitar Madrid lo hacen con la voluntad de dar un paseo por el Reina Sofía, para contemplar "en directo" una de las pocas obras existentes en la capital, que movilizan el interés general a "nivel planetario". En el balance del MNCARS, ¿dónde aparecen esas cifras?
Si en los círculos del poder nadie entiende las implicaciones de estas instituciones para el interés general, digamos las cosas claras y no nos rasguemos hipócritamente las vestiduras ante el modelo turístico de Megaluf. Y sustituyamos al señor Borja-Villael y al director del Museo del Prado por sendos diyéis. Seguro que si transformáramos los dos museos más importantes de Madrid en discotecas, se acabarían los números rojos de ambos y daríamos un paso de gigante hacia el "objetivo de déficit". Y los magnates podrían seguir haciéndose fotos "apoyando a la cultura"... popular, que es mucho más rentable para acumular votos.
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