Regresamos del verano con una situación política general que, como placería a la voluntad determinista de los "escépticos radicales", continúa por el "camino de hierro" construido con las traviesas de tantos magnates cegados por la autocomplacencia. Por fin, la OCDE ha reconocido que la vía conduce al abismo y ha recomendado dar un golpe de timón para evitar la miseria de tantas personas... Al tiempo, el señor Draghi fuerza la devaluación del euro... ¡Ya era hora!
Al ilustrísimo y muy "progresista" ministro de Justicia, acaso condenado a silenciar sus brillantes ideas para incrementar la tasa de natalidad según criterios mitrados, se le ocurrió lanzar a la prensa otra medida "progresista": acabar con el exceso de privilegios de las "castas" vinculadas al poder... "sin advertir" que, para ello sería necesario cambiar la Constitución y que ésta, de momento, es sagrada e intocable desde la estrategia política defendida a capa y espada por su muy progresista partido... Sí, señor Ruiz-Gallardón, ¿aún no se había enterado vuesa merced de que nuestra sagrada constitución no es operativa para regenerar la vida política española? No quiero ni imaginar su siguiente aportación al progreso de España y de la Humanidad...
Por no hablar del "pucherazo" que podría garantizar el control de unas cuantas "plazas sabrosonas" a cambio de dejar otras en manos muy inconvenientes para sus propios intereses. Son las consecuencias de la endogamia: la torpeza se adorna con los pámpanos de Baco y las vestimentas de Lady Godiva, pero siempre bajo el paraguas de los muy ilustres expertos de acreditada excelencia... Abruma tanta excelencia donde, por causas profundamente enraizadas, somos incapaces de distinguir el talento de la picaresca.
En esas, los del PSOE a lo suyo, a propugnar el principio "gatopardiano" de "cambiar todo" para que no cambie nada, amparándose en la buena "imagen" de un nuevo dirigente, que parece decidido a repetir el ciclo de Felipe González, que también era el más guapo entre sus compañeros de militancia.
Para compensar los "inquietantes" datos ofrecidos hace un año por el sondeo del CIS sobre el escasísimo arraigo de la españolidad en ciertas "regiones" del solar patrio (Cataluña, País Vasco y Navarra, de momento), a los pijos del monopoly se les ha ocurrido repetir la "jugada magistral" del capital Louis Renault, sin comprender que la parte más débil de Casablanca es, precisamente, un guión elaborado a trompicones, sobre la marcha, en tiempos de guerra, siguiendo instrucciones de los departamentos de propaganda política; como si la corrupción política e institucional no fuera un mal endémico y estructural de la sociedad española, fomentado por casi todos los partidos políticos y protegido por una estructura judicial a la medida de que hubiera satisfecho a Al Scarface... El objetivo del torpedo contra el señor Pujol, su familia y "alrededores" ("dicen" que la mierda alcanzaría muy pronto al propio Mas): desacreditar al partido nacionalista moderado... ¿para crear un ambiente propicio a la toma de una decisión política radical? Desde la sacralidad de nuestra muy "querida" Constitución, la siguiente jugada parece obvia: aplicar el artículo 155 de la Constitución.
Artículo 155
Es decir, nuestros magnates siguen empeñados en anteponer el texto de las leyes al sentido social que las hace sólidas... En contrapartida, según adelantan fuentes bien informadas, la Diada de este año posiblemente superará en espectacularidad a la del pasado...
Tengo la sensación de que detrás del torpedo contra la familia del molt honorable Jordi Pujol hay una “mano negra” que, como de costumbre, juega a favor de los intereses independentistas catalanes. Si no interpreto mal la situación, el afloramiento de la corrupción asociada a la gestión del señor Pujol, podría incrementar exponencialmente los votos de ERC, cuyos dirigentes tendrían en sus manos la posibilidad "cantada" de proclamar unilateralmente la independencia de la República Catalana.. Pero entre la rapiña de unos, la prudencia de otros y la "torpeza monofásica" de los pijos del monopoly, se ha engendrado un panorama tan difuso que, según dicen, nadie quiere acercarse al vértice de la Generalitat... ni los dirigentes de ERC, acaso atrapados en un vértigo insuperable.
Pero si no interpreto mal la situación, los inteligentes estrategas ultracentristas y los exabruptos del señor Montoro, han puesto en manos del señor Mas una jugada delicada pero magistral, que acaso no imaginara ni en sus más optimistas sueños: presentarse ante los mercados y ante Europa, como garante de que la futura República Catalana, construida pacíficamente con criterios democráticos y sin desprecio de la Ley, seguirá estando donde "debe ser", imponiendo "sentido común" ("práctico") y "orden mercantil" a una sociedad muy sensible a "los deseos del corazón".
No me imagino con qué argumentos se puede justificar ante Europa la aplicación "radical" del artículo 155, tal y como preconizan los sectores más "audaces", si desde esa misma entidad, recomiendan al señor Rajoy que detenga la demolición del partido del señor Mas...
No quiero imaginar las consecuencias de un hipotética independencia de Escocia...
Ante el "viejo problema" —añejo— de quién construye la historia en los procesos nacionalistas, si la dinámica institucional, la dialéctica asociada a las estructuras económicas o los sentimientos comunes de los pueblos, va a resultar que prevalece la confluencia e interrelación de muchos factores, no sólo de los más elementales. Amigo Alejandro, en la enrevesada complejidad de un mundo globalizado, ni Gramsci queda en pie.
Alguien debería indicar a los pijos del monopoly que maduren y aprendan a jugar al ajedrez. Lo ha dicho Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, con otras palabras, pero no sé si lo habrá entendido algún magnate...
Al ilustrísimo y muy "progresista" ministro de Justicia, acaso condenado a silenciar sus brillantes ideas para incrementar la tasa de natalidad según criterios mitrados, se le ocurrió lanzar a la prensa otra medida "progresista": acabar con el exceso de privilegios de las "castas" vinculadas al poder... "sin advertir" que, para ello sería necesario cambiar la Constitución y que ésta, de momento, es sagrada e intocable desde la estrategia política defendida a capa y espada por su muy progresista partido... Sí, señor Ruiz-Gallardón, ¿aún no se había enterado vuesa merced de que nuestra sagrada constitución no es operativa para regenerar la vida política española? No quiero ni imaginar su siguiente aportación al progreso de España y de la Humanidad...
Por no hablar del "pucherazo" que podría garantizar el control de unas cuantas "plazas sabrosonas" a cambio de dejar otras en manos muy inconvenientes para sus propios intereses. Son las consecuencias de la endogamia: la torpeza se adorna con los pámpanos de Baco y las vestimentas de Lady Godiva, pero siempre bajo el paraguas de los muy ilustres expertos de acreditada excelencia... Abruma tanta excelencia donde, por causas profundamente enraizadas, somos incapaces de distinguir el talento de la picaresca.
En esas, los del PSOE a lo suyo, a propugnar el principio "gatopardiano" de "cambiar todo" para que no cambie nada, amparándose en la buena "imagen" de un nuevo dirigente, que parece decidido a repetir el ciclo de Felipe González, que también era el más guapo entre sus compañeros de militancia.
Para compensar los "inquietantes" datos ofrecidos hace un año por el sondeo del CIS sobre el escasísimo arraigo de la españolidad en ciertas "regiones" del solar patrio (Cataluña, País Vasco y Navarra, de momento), a los pijos del monopoly se les ha ocurrido repetir la "jugada magistral" del capital Louis Renault, sin comprender que la parte más débil de Casablanca es, precisamente, un guión elaborado a trompicones, sobre la marcha, en tiempos de guerra, siguiendo instrucciones de los departamentos de propaganda política; como si la corrupción política e institucional no fuera un mal endémico y estructural de la sociedad española, fomentado por casi todos los partidos políticos y protegido por una estructura judicial a la medida de que hubiera satisfecho a Al Scarface... El objetivo del torpedo contra el señor Pujol, su familia y "alrededores" ("dicen" que la mierda alcanzaría muy pronto al propio Mas): desacreditar al partido nacionalista moderado... ¿para crear un ambiente propicio a la toma de una decisión política radical? Desde la sacralidad de nuestra muy "querida" Constitución, la siguiente jugada parece obvia: aplicar el artículo 155 de la Constitución.
Artículo 155
Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
Tengo la sensación de que detrás del torpedo contra la familia del molt honorable Jordi Pujol hay una “mano negra” que, como de costumbre, juega a favor de los intereses independentistas catalanes. Si no interpreto mal la situación, el afloramiento de la corrupción asociada a la gestión del señor Pujol, podría incrementar exponencialmente los votos de ERC, cuyos dirigentes tendrían en sus manos la posibilidad "cantada" de proclamar unilateralmente la independencia de la República Catalana.. Pero entre la rapiña de unos, la prudencia de otros y la "torpeza monofásica" de los pijos del monopoly, se ha engendrado un panorama tan difuso que, según dicen, nadie quiere acercarse al vértice de la Generalitat... ni los dirigentes de ERC, acaso atrapados en un vértigo insuperable.
Pero si no interpreto mal la situación, los inteligentes estrategas ultracentristas y los exabruptos del señor Montoro, han puesto en manos del señor Mas una jugada delicada pero magistral, que acaso no imaginara ni en sus más optimistas sueños: presentarse ante los mercados y ante Europa, como garante de que la futura República Catalana, construida pacíficamente con criterios democráticos y sin desprecio de la Ley, seguirá estando donde "debe ser", imponiendo "sentido común" ("práctico") y "orden mercantil" a una sociedad muy sensible a "los deseos del corazón".
No me imagino con qué argumentos se puede justificar ante Europa la aplicación "radical" del artículo 155, tal y como preconizan los sectores más "audaces", si desde esa misma entidad, recomiendan al señor Rajoy que detenga la demolición del partido del señor Mas...
No quiero imaginar las consecuencias de un hipotética independencia de Escocia...
Ante el "viejo problema" —añejo— de quién construye la historia en los procesos nacionalistas, si la dinámica institucional, la dialéctica asociada a las estructuras económicas o los sentimientos comunes de los pueblos, va a resultar que prevalece la confluencia e interrelación de muchos factores, no sólo de los más elementales. Amigo Alejandro, en la enrevesada complejidad de un mundo globalizado, ni Gramsci queda en pie.
Alguien debería indicar a los pijos del monopoly que maduren y aprendan a jugar al ajedrez. Lo ha dicho Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, con otras palabras, pero no sé si lo habrá entendido algún magnate...
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