Por Javier R
Un compañero me pasa esta noticia de El País sobre el edil más mediático de la capital:
El Ayuntamiento de Madrid ordenó el pasado jueves retirar una imagen de la alcaldesa, Ana Botella (PP), de una exposición en el centro municipal Matadero por considerarla “insultante”. A última hora de ayer, tras ser informada de esta noticia, Botella ordenó que se volviera a colocar la lámina de inmediato en la muestra.
Tengo la teoría de que Ana Botella es una fervorosa lectora de Néstor García Canclini: que es consciente de “qué logra el arte cuando lo rechazan” ( 2010 ), o de ese movimiento devorador del capitalismo que busca relegitimarse incorporando a su programa los valores en nombre de los cuales era criticado ( 2007, pág. 52). Tal vez su actitud se base en el análisis de Boltanski y Chiapello que cita su admirado rioplatense, y lo que presenciáramos en la exhibición Smart Citizens de CentroCentro responda a una operación municipal de asimilación de la “crítica artística” como virtudes neoliberales.
Un compañero me pasa esta noticia de El País sobre el edil más mediático de la capital:
El Ayuntamiento de Madrid ordenó el pasado jueves retirar una imagen de la alcaldesa, Ana Botella (PP), de una exposición en el centro municipal Matadero por considerarla “insultante”. A última hora de ayer, tras ser informada de esta noticia, Botella ordenó que se volviera a colocar la lámina de inmediato en la muestra.
Tengo la teoría de que Ana Botella es una fervorosa lectora de Néstor García Canclini: que es consciente de “qué logra el arte cuando lo rechazan” ( 2010 ), o de ese movimiento devorador del capitalismo que busca relegitimarse incorporando a su programa los valores en nombre de los cuales era criticado ( 2007, pág. 52). Tal vez su actitud se base en el análisis de Boltanski y Chiapello que cita su admirado rioplatense, y lo que presenciáramos en la exhibición Smart Citizens de CentroCentro responda a una operación municipal de asimilación de la “crítica artística” como virtudes neoliberales.
A mí me cuadra, pero a lo mejor peco de paranoico. Si no parece suficientemente verosímil ofrezco otra alternativa: que el cónyuge de alguien le haya dicho a ese alguien que no sea boba, que si con Santiago Sierra no pasó nada, estos “mataos” no se comen un colín.
Tampoco me sorprende mucho, después del desastre de la candidatura a los juegos olímpicos, la preguntaron que la parecía que todo el mundo se riera de su discurso, y su respuesta, riéndose, por cierto, "me da igual". Normal, nos robas todos los meses un dineral de las arcas de Madrid, como no te va a dar igual.
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