Fue el estandarte de la candidatura olímpica japonesa y mucho antes de su inauguración ya se ha convertido en objeto de polémica, no sólo estrictamente profesional, que también. Según recoge BBC Mundo, el proyecto de Zaha Hadid ha propiciado polémicas derivadas de buena parte de sus "circunstancias". La primera, el precio de US$ 1.700 millones, muy condicionado por el techo retráctil, "necesario" para asegurar el aislamiento acústico, dado que se ubicará en una zona especialmente sensible para los ciudadanos de Tokio ( el Meiji Jingu Gaen). A ello habría que unir las habituales "críticas" profesionales que, en este caso, son amplificadas por los sectores de inclinación "racionalista", especialmente sensibles ante los proyectos de la diseñadora de origen iraquí, asentada en Gran Bretaña.
Sea como fuere, el proyecto se convertirá en una referencia arquitectónica de primerísima magnitud, que convertirá los anteriores grandes estadios (el de Munich, el de Pekín, etc.) en juegos de niños...
Sea como fuere, el proyecto se convertirá en una referencia arquitectónica de primerísima magnitud, que convertirá los anteriores grandes estadios (el de Munich, el de Pekín, etc.) en juegos de niños...
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