Según informan los
medios, Patrimonio Nacional no ha permitido que las dos piezas de Bernini,
conservadas en sus dependencias, formaran parte de la exposición inaugurada en
el museo del Prado hace unos días. Las obras son un Cristo crucificado (1654),
del Monasterio del Escorial, y el modelo de la Fontana dei Quattro Fiumi,
conservado en el Palacio Real. Como consecuencia de la negativa, la exposición,
que inicialmente se iba a llamar “Bernini en España”, se tuvo que titular “Las
ánimas de Bernini; arte en Roma para la corte española”.
Al parecer, Patrimonio Nacional dijo que las obras “no estaban
disponibles”, aunque parece obvio que la negativa fue consecuencia de la
disputa zanjada de modo abrupto sobre las obras que Patrimonio reclama para que
formen parte del museo que se abrirá próximamente…
Somos muchos quienes creemos que Patrimonio Nacional debiera
funcionar de otro modo, pero en este momento, francamente, no sé si en los
ámbitos de poder existe voluntad y recursos para solventar un asunto que
informa muy negativamente sobre la gestión cultural en su conjunto.
En este caso, el problema se podría haber resuelto si los
responsables "últimos" de cada institución, el señor Wert, de quien
depende el museo del Prado y la señora Sáez de Santamaría, Vicepresidenta de
Gobierno, de quien depende Patrimonio Nacional, se hubieran puesto de acuerdo
para imponer lo que dictaba el sentido común.
A pesar de los resultados no creo que todo esté dicho, la fuerza del "no" en Cataluña es grande, y aún no se ha manifestado. Ya pasó con Escocia, cuando el "no" se movilizó el resultado fue el que fue.
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