Damien Hirst está reforzando la imagen pública de "enfant terrible" del arte contemporáneo con una sabiduría próxima a la genialidad. Si durante los Juegos Olímpicos, estuvo de actualidad permanentemente gracias a las galletas, las larvas y las mariposas sacrificadas (alrededor de 9.000, para escándalo de ecologistas), ahora ha sido con una obra donada a la población de Devon (Ilfracombe). Es un bronce de 20 metros, que representa, con elevado grado de iconicidad, a una mujer embarazada desnuda y seccionada —como otras obras suyas con animales en formol—, que muestra los órganos internos y el feto. Se ha colocado mirando al mar y, según dicen, mediante una estructura capacitada para soportar el empuje de los vientos y de los sectores ultraconservadores, y la corrosión...
GRES |
Aunque cualquiera hubiera jurado que se había aprovechado de las "esculturas" plastinadas de von Hagens o de las ideas de Hannibal Lecter (The Guardian), D. Hirst dice que se inspiró en "La pequeña bailarina de 14 años", realizada por Degas en 1881... ¿La bailarina de Degas? ¡Qué casualidad!.
Así, pues, además de la polémica de los medios convencionales, moviliza el debate en los ambientes especializados... Este tipo —o quien le asesore— es un genio.
A mi esta magnifica escultura me recuerda a esto: http://youtu.be/OFI19Xadokk
ResponderEliminarComo todo cuanto más polémica levante, más famoso se hará sin importar si es algo bueno o malo. Un claro ejemplo es la restauración del Ecce Homo. Más famoso no se ha podido hacer. Supongo que Damien Hirst tiene una habilidad especial para crear controversia y que sus obras den de que hablar, por algo es el artista vivo mejor pagado.
ResponderEliminarcualquier excusa es buena para generar pólemica, aunque sea un absurdo.
ResponderEliminarDamien Hirst es Dios, se mire por donde se mire. Se ríe de quien quiere (incluidos sus propios galeristas) y aún así sigue vendiendo su obra por millonadas. En mi opinión no se le puede reprochar nada. Es el Picasso del s.XXI.
ResponderEliminarCon respecto a lo de la bailarina de Degas, me parece que algo si se ha tenido que basar en ella, ya que la postura es la mismita.
Yo en cambio creo que el señor Hirst es el Justin Bieber del arte, es decir, un mero producto del mercado.
Eliminar