Por Javier Carrera
El viernes 16 de Noviembre Eugenia Barcells me guió a mi y a un grupo de visitantes a lo largo de su exposición "AÑOS LUZ", situada en una de las salas de exposiciones de la Tabacalera de Madrid. Con ella, un séquito de señoras con similar estética y tono de voz reían al unísono y asentían rítmicamente a la orden de la batuta de la genial artista conceptual española. Tras una breve presentación de la artista por parte de una mujer aparentemente ligada a ella, toma el micrófono Eugenia y nos deleita con un discurso minuciosamente calculado.
Nos ponemos en marcha a lo largo de la exposición. Hago especial hincapié en un poema que nos lee la guía habitual de la exposición en honor a los elementos de la tabla periódica. Genial. Finalmente todos los asistentes a este tour nos sentamos a escuchar la despedida que la artista da a Madrid con la que da por concluida la exposición. Seguidamente se abre un turno de palabra donde la artista responde a las preguntas que el público le haga. Tres preguntas con sus respectivas y aparentes tres respuestas por parte de Eugenia Balcells. Digo aparentes porque aparentemente responde a la pregunta, pero el hecho es que quien ha formulado el interrogante a parte de no tener su respuesta le surgen otras en la cabeza, como por ejemplo: ¿pero qué narices me ha dicho?, ¿me ha contestado?, ¿no me he enterado de la respuesta?, ¿por qué asienten y sonríen esas señoras?, ¿esto debería de estar aquí o en el museo de la ciencia?.
El viernes 16 de Noviembre Eugenia Barcells me guió a mi y a un grupo de visitantes a lo largo de su exposición "AÑOS LUZ", situada en una de las salas de exposiciones de la Tabacalera de Madrid. Con ella, un séquito de señoras con similar estética y tono de voz reían al unísono y asentían rítmicamente a la orden de la batuta de la genial artista conceptual española. Tras una breve presentación de la artista por parte de una mujer aparentemente ligada a ella, toma el micrófono Eugenia y nos deleita con un discurso minuciosamente calculado.
Nos ponemos en marcha a lo largo de la exposición. Hago especial hincapié en un poema que nos lee la guía habitual de la exposición en honor a los elementos de la tabla periódica. Genial. Finalmente todos los asistentes a este tour nos sentamos a escuchar la despedida que la artista da a Madrid con la que da por concluida la exposición. Seguidamente se abre un turno de palabra donde la artista responde a las preguntas que el público le haga. Tres preguntas con sus respectivas y aparentes tres respuestas por parte de Eugenia Balcells. Digo aparentes porque aparentemente responde a la pregunta, pero el hecho es que quien ha formulado el interrogante a parte de no tener su respuesta le surgen otras en la cabeza, como por ejemplo: ¿pero qué narices me ha dicho?, ¿me ha contestado?, ¿no me he enterado de la respuesta?, ¿por qué asienten y sonríen esas señoras?, ¿esto debería de estar aquí o en el museo de la ciencia?.
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